¿Es Recomendable Besarla En La Primera Cita?

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¿Estás a punto de salir con la chica que te gusta y te estás preguntando si sería conveniente besarla en la primera cita?

Te lo cuestionas porque quieres dejarle claro a esa mujer que estás lejos de verla como una simple amiga.

Pero, al mismo tiempo, piensas que si te lanzas por el beso precipitadamente podrías forzar la situación y arruinar todo lo que has construido hasta ahora, ¿verdad?

Bien, lo primero que debo decirte es: tranqui.

Si la chica que te gusta ya aceptó salir contigo es una excelente señal y no debes presionarte innecesariamente.

Un beso no tiene por qué planearse o estar atado a un momento específico.

El beso será la consecuencia de la atracción y el deseo que se vaya generando entre ambos simultáneamente.

Para empezar, ni siquiera tu atención debería estar en eso, tu atención, desde mi punto de vista, debería estar en lo más importante: ¡Disfrutar!, de ella, del entorno y del momento irrepetible que te brinda la situación.

Sólo así serás capaz de observar y expresar lo encantador del momento para dominar y dirigir la interacción al resultado deseado: el beso.

Los siguientes puntos te ayudarán a lograrlo, pues explican los pasos previos que debe de tener una cita para que fluya naturalmente.

¿Listo?

1. DALE CONFORT Y CONFIANZA

Salir con una chica que nos gusta es una de las experiencias más ricas que podemos experimentar.

Al menos yo, no puedo evitar sentirme feliz y emocionado cuando lo hago. Pues tengo la oportunidad de adentrarme en su mundo, conocer su historia, sus experiencias, sus miedos, sus aprendizajes, sus deseos y dejar que ella conozca los míos.

Ésta es mi forma personal de entender y vivir la seducción. Siempre desde una actitud que me permita disfrutar cada momento que me va brindando la situación y que voy viviendo junto a ella.

Eso es lo que quiero compartirte y estoy ansioso de que lo comprendas porque, con base en mi experiencia, es el mejor punto de partida en una cita.

¿Quieres empezar con el pie derecho? Entonces de momento olvídate de besarla, olvídate de querer ser el machote alfa y céntrate en conocerla de forma genuina.

Con curiosidad, con humor, con sinceridad, con gracia, con honestidad.

No te presiones, no te estreses por querer que todo salga perfecto. No dejes que tu diálogo interno apague tu creatividad en ese instante.

Al contrario. Disfruta del vaivén de preguntas que se irán generando. Relájate y aprende a fluir demostrando comodidad en ese momento. Es momento de permitirte aprender de ella y dejar que ella aprenda de ti.

Si lo haces bien, conseguirás que aumente el confort y la confianza entre ambos, y estarás listo para el siguiente punto.

2. SÉ CONSCIENTE DE LO QUE TE INSPIRA

Date cuenta de las sensaciones que ella provoca en ti a medida que avanza la conversación y la cita.

Respóndete a ti mismo las siguientes preguntas: ¿Qué te está gustando de ella hasta el momento y por qué? ¿Qué tienen de especial su mirada o sus labios? ¿Qué la diferencia de otras chicas?

Seamos sinceros: ¿Realmente eres capaz de percibirlo?

Esto es muy importante porque ahí es donde debe estar tu mente.

Contemplándola, poniéndole atención a lo que te cuenta, entendiendo su forma de pensar y de ver la vida.

Aquí es cuando te empiezas a dar cuenta si realmente cumplen las expectativas uno del otro.

Aquí es cuando recolectas los motivos que te inspiran a desear que la cosa avance.

Aquí se esconden los pequeños detalles que la mayoría de hombres pasan desapercibidos y que si tú eres capaz de observarlos, podrás desmarcarte del resto.

Aquí es cuando tus ganas de abrazarla, de besarla y de protegerla se justifican en un clima de sinceridad, por las emociones que experimentas estando junto a ella.

Entendido esto, pasemos a uno de los puntos más esenciales.

3. CONDUCE LA CONVERSACIÓN HACIA UNA DIRECCIÓN SEXUAL

Por supuesto, siempre partiendo de la honestidad, pues uno de los rasgos más atractivos y que más valoran las mujeres es saber que en todo momento les estamos diciendo la verdad.

Que somos sinceros: con nosotros mismos y con ella.

Y esa misma sinceridad es la que nos motiva a hacer todo de nuestra parte para que la interacción avance.

Ha llegado la hora de dejarle claro que te gusta y de comprobar si tú también le gustas a ella lo suficiente como para que la cosa tome un rumbo sexual.

Pero ahora ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo sexualizamos?

La mejor manera de hacerlo siempre será gradual. Es decir, de menor a mayor intensidad.

Personalmente, mi forma favorita es verbal, mediante comentarios que me ayuden a generar tensión sexual. Esa tensión sexual se encargará de chivearla y sacarle chapitas.

Y en función de cómo responda a mis comentarios, me permitirá evaluar la situación y saber cómo va la cosa.

Ejemplo, en algún punto de la conversación.

VERBAL

Disculpa por interrumpirte Martha, pero me está costando demasiado dejar de mirarte la boca porque tienes unos labios encantadores.

Ana mirándola a los ojos, sé que la estamos pasando muy bien, pero no sé por qué ahora mismo me están entrando unas ganas terribles de besarte, ¿puedo?

Todo con un tonito de voz fresco, juguetón, inocente y relajado.

También puedes hacerlo de forma NO VERBAL.

Ejemplos.

La miras al ojo derecho, luego al izquierdo y después a la boca en forma de triángulo, mientras te acercas a ella.

Le tocas las manos, le acaricias la mejilla, le descubres el cabello y observas su reacción.

Si ella se sonroja, se chivea o se toca el pelo, quiere decir que le gustas y a partir de ahí puedes intentar besarla y continuar avanzando en la interacción.

Si ella se quita o ves que se incomoda, es un claro síntoma de que hay una deficiencia previa en la interacción.

Muchas veces, producto de una comunicación vacía, donde no fuiste capaz de conmoverla y la charla pudo convertirse en algo superficial.

De ahí la importancia de sentir y disfrutar de verdad.

4. UNA VEZ QUE LA BESES, HAZ QUE TUS LABIOS LE GUSTEN CADA VEZ MÁS

Cuando la beses por primera vez, trata de que ella siempre se quede con ganas de más. Prueba a ser tú el que decida juguetonamente cuándo terminar los besos.

Nunca trates de devorarle la boca en el primer beso ni dejes que dure más de la cuenta.

Tu primer beso debe incendiar el deseo en ella y lograr que quiera más.

Debe ser como darle a degustar la probadita de ese pastel de chocolate que se ve exquisito y que se muera por comprarlo.

A partir de ahí, el truco está en alternar momentos donde la beses tiernamente y otros donde seas delicadamente más rudo.

Incendia su imaginación. Provócala y devórala gradualmente, te aseguro que ambos se sentirán felices y dichosos de la historia que juntos están creando.

Aprende a sentir de verdad. Saborea cada instante con ella y la experiencia se volverá un millón de veces más intensa.

Ahí se esconde la esencia de una verdadera seducción.

Soy Eduardo Carbajal. Si te gustó este artículo, no olvides dejar tu Me gusta. Nos vemos pronto.

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