¿Cómo Dejar Ir A Alguien Que Amas? ¿Cómo Aceptar Y Enfrentar Los Cambios Y Las Dificultades?

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¿Se fue la persona que amas?, ¿te dejó?, ¿te remplazó? Bien, eso es un cambio.

¿Pasó algo terrible y te sientes triste, deprimido y solo?, ¿perdiste a alguien? Es un cambio.

¿Entraste a una etapa muy difícil en tu vida? Cambio. ¿Te esforzaste en algo, no resultó y ahora tienes que volver a empezar? Cambio.

Cosas malas van a pasar, habrá cambios, son parte natural de la vida y se van a dar sí o sí, quieras o no quieras, te guste o no.

Es posible que te sientas solo, como si nadie más supiera qué tienes o qué sientes, como si nadie pudiera entenderte.

Pues adivina qué: Posiblemente sea verdad pero cada persona tiene su historia aunque no la sepamos.

Mucha de la gente a que parece que siempre la va bien, no es suerte, es que se ha levantado, se ha superado.

Tú también puedes superar lo que sea que esté pasando ahora, pero debes empezar por aceptar que los cambios, las pérdidas y las dificultades son parte constante y natural de la vida.

Sí. Cosas dolorosas van a pasar. No nos gustan pero vienen con la vida, y la vida no te va a preguntar si las quieres o no.

¿Una persona que amas ya no está con vida? Pues hay un regalo que sólo tú puedes darle: Estar bien, levantarte, no olvidarle, llevarle siempre presente para bien en tu vida.

¿Estás viviendo una etapa complicada? Date prisa, asimílala. Es similar a bañarse con agua fría cuando hace frío. Entre menos dramas, mejor.

¿Te sientes solo, triste, quieres llorar? Vale pues solo, triste y llorando si quieres, muévete, avanza.

Lo único que de verdad te impediría moverte es no tener control sobre tus músculos, y si eso no te está pasando, ¿cuál es tu pretexto?, ¿que no tienes ganas?

Entonces no estás triste, eres flojo. Habiendo tanta gente que daría lo que sea por tener tiempo y salud, a ti te sobran y prefieres desperdiciarlos.

¿Qué se siente ser tan mal ejemplo de ser vivo? No lo seas. Pase lo que pase, no existen razones para no levantarte.

Puedes elegir aceptar esto y arre hacia adelante, a lo que viene, o puedes quedarte paralizado negándote a aceptar los cambios.

En pausa, quemándote, quejándote, sufriendo el doble, el triple o toda la vida.

¿Se puede sufrir toda la vida? Sí. Si no te levantas, sí. Si no superas nada, sí. Si no das vuelta a la página, sí. Se puede sufrir siempre.

¿Qué harás la próxima vez suceda algo que no deseas? ¿No sabes? No importa. No importa si no sabes qué hacer o dónde está la salida.

Tal como cuando buscas algo y no sabes dónde vas a encontrarlo, no siempre sabes cómo lograrás superar lo que sea.

No siempre sabes cómo hallarás la salida, pero jamás estará en huir, abandonarte o dejar de moverte.

La salida siempre estará arriba, en ser mejor, en ver más lejos, en prepararte más. Y no importa si no lo ves ahora, ahí está, pero tienes que subir.

Entonces dale aunque no sepas exactamente cómo y dónde, sólo sigue subiendo, si no, nunca verás diferente.

Guarda esta frase: Debes aprender a sonreír aun cuando haya lágrimas en tus ojos.

No quiere decir que finjas una sonrisa. Eso sería tonto, dramático, e inútil.

Quiere decir que a pesar del dolor, no te atrevas a olvidar jamás los enormes recursos y motivos que tienes para sonreír, para estar bien.

Las dificultades son imprescindibles para ser feliz.

No creías que la felicidad era algo que llegaría un día cuando varias cosas coincidieran a la vez y el tiempo se detuviera para siempre en ese instante, ¿o sí?

Eso no pasará, nunca, porque a las dificultades no hay que correrles porque no se les puede huir siempre, hay que alcanzarlas y rebasarlas.

Hay algo a lo que si el pones un poco de lógica, tanta gente lo hace pero no tiene sentido.

La gente que más pánico le tiene a los cambios y las dificultades, al no luchar y enfrentarlas, se queda automáticamente a vivir en ellas.

La gente que más tarda en aceptar las pérdidas se instala para siempre en ellas.

Como si dijeran: Aquí no me gusta, aquí duele y aquí sufro… pues aquí me quedo.

Si no aceptas las dificultades, si no las superas y pasas a lo que sigue, te quedas ahí, detrás de ellas, sin poder ver más allá, justo en el lugar donde no quieres estar.

Es literalmente elegir perpetuar aquello que te causa dolor sólo porque tienes miedo a que algo te cause dolor, ¿qué sentido tiene eso?

¿Ves lo tonto y absurdo que es? Pues parece que no es tan fácil de ver.

¿Cómo le explicas a la gente que la felicidad incluye, sí o sí, las etapas más duras y más difíciles?

¿Cómo le explicas a la gente que la única manera de abrazar la felicidad, la vida y hacerla suya, es abrazar también, sin distinción, sin discriminar, las dificultades?

¿Estoy diciendo que debes alegrarte por tener que enfrentar algo difícil? Un poco sí.

Si no abrazas los cambios y las dificultades, y no ves lo valioso que hay en todo lo que a veces duele, es imposible que aprendas a ser feliz.

Es natural querer que todo esté bien, que todo vaya siempre bien, que todo siga perfecto, pero es físicamente imposible que eso pase.

Nada será estático para siempre, habrá cambios. Por lo menos moriremos, dejaremos de vivir, no podemos evitarlo.

La única forma de encontrar felicidad real en tu vida es aceptar que los cambios, las pérdidas y las dificultades son parte esencial de ella.

No es que serás feliz porque estás con alguien, porque hoy tuviste éxito o porque hoy estás en la cima.

Todo eso puede ir y venir, pero la persona que tú eres, esa siempre estará contigo. Ella creará tu mundo, por eso vale tanto invertir en ella.

Todo lo que has vivido hasta hoy te ha convertido en quien eres, y aunque duelan, las etapas más duras son las que más fuerte te han hecho.

Jamás serías una gran persona si no fuera porque gracias al dolor sacaste lo mejor de ti, ¿o no es cierto?

¿No lograste tus victorias y no tienes la fortaleza que tienes gracias a lo que viviste?

¿Has pensado que estos momentos difíciles ahora te harán sentir extremadamente orgulloso de ti en algunos años?

Serán parte de ti, de tu esencia, de tu experiencia, de tu inteligencia, de tu fortaleza, de tu astucia.

Las pérdidas, los cambios y las dificultades no sólo saben causar dolor, también saben sacar lo mejor o lo peor de ti.

De ti depende qué saquen, de cómo enfrentas el dolor y las dificultades, de si te mantienes o no inteligente.

Claro que se vale tener miedo, es natural. Se dice que la gente valiente lo es no porque no tenga miedo sino porque lo enfrenta.

La única verdadera caída, el único fracaso definitivo, la única forma de no vivir ninguna mejor etapa nunca, es no continuar, no cambiar, renunciar.

Renunciar es lo único a lo que verdaderamente debes temerle tanto. Renunciar sí es definitivo, es permanente. Renunciar te aleja para siempre de todo lo que deseas.

Renunciar sí debe darte pánico porque además la vida te ofrecerá mil formas fáciles de hacerlo.

La vida te pondrá el botón de renunciar en todos lados, a todas horas, fácil, accesible, porque renunciar no es sólo cuando tienes el valor de aceptar que lo haces.

Posponer indefinidamente, dejar que el miedo te paralice, engañarte a ti mismo creyendo tus creativos pretextos, negarte a aceptar los cambios… Todo esto también es renunciar.

No renuncies. Al final todo estará lleno de cambios, y dificultades, y etapas duras pero siempre habrá dos salidas:

Una te hunde, te limita, te paraliza, te hace sufrir. La otra te asciende, te enseña, te fortalece, te hace crecer, te obliga a superarte.

Siempre que veas un cambio que parece difícil, allí tienes una clara oportunidad de obtener experiencia, aprendizaje, fortaleza, resiliencia.

Detrás de todos tus miedos, de los pretextos y la cobardía, hay una persona increíblemente astuta capaz de sorprenderse hasta a sí misma.

Detrás de cada interpretación que haces cuando pasas algo difícil, hay cientos de interpretaciones mejores, de ti depende elegir la correcta.

Aquí llevas a una persona muy inteligente, de ti depende su metamorfosis, de ti depende sepultarla o desarrollarla.

¿Quieres ser del tipo de personas que viven para siempre sufriendo, huyendo de los cambios, paralizadas, con miedo, quejándose, dando lástima, provocando compasión? No lo creo.

Acepta que los cambios son parte natural de estar vivo, y duelen, pero sólo gracias a ellos puedes transformarte en alguien de quien sentirte orgulloso.

Estar orgulloso de ti, ¿eso sí lo quieres? Entonces… ¡Muévete, acepta el cambio, enfrenta lo que sea y sube! ¡La salida siempre está arriba! ¡Arre!

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