Cómo Saber Fácilmente Si Te Quiere, Te Piensa, Te Extraña, O Sólo Juega Contigo

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Sospechas que la persona con la que estás… ¿sólo está jugando contigo? Y de ser así… ¿Estás listo para saber la respuesta?

Ok. Quizás alguien te gusta demasiado y sientes que estás enamorándote, pero te aterra pensar que esa persona no te vea a ti de la misma forma, o peor aún, que sólo quiera jugar contigo y aprovecharse de ti.

No quieres perder el tiempo con alguien que no lo vale, tener grandes expectativas, y terminar sufriendo, frágil y decepcionado.

Bien. Antes que nada, creo que debes cambiar la idea de que alguien quiera jugar contigo, porque, pensar así, sólo te volverá paranoico.

Aunque sí hay gente nefasta, el hecho de que alguien quiera jugar contigo, sólo por jugar con tus sentimientos, es sinsentido, incluso para gente así.

Créeme. Las cosas son mucho más sencillas que eso.

La verdadera pregunta es si esa persona te corresponde de la misma forma, va hacia la misma dirección que tú, y te da una importancia similar a la que tú le das.

Entonces, no es que esa persona quiera jugar con tus sentimientos. Pueden ser muchas otras cosas antes que eso.

Quizás, aunque te duela, no eres su mejor opción, y no se ve contigo a mediano o largo plazo.

Quizás, aunque también te duela, sólo desea una relación abierta, pasársela bien de la forma más relax y cómoda posible, y simplemente no desea un compromiso.

Quizás, por ahora, todavía no le interesas tanto, o, sí le interesas pero eres demasiado intenso, y sabe que eres el tipo de persona problemática de quien sería mejor huir.

Quizás, sí, esa persona sólo está contigo por interés, o por sexo, y nada más.

Entonces, más que preguntarte si esa persona juega contigo, deberías preguntarte si eres igualmente correspondido.

Qué tanta relevancia tienes en su vida, qué tanto le importas ahora mismo, o si esa persona se ve contigo más a futuro.

Esto no es paranoico, y sí puede ayudarte a tomar una decisión, a saber qué hacer, a saber si finge un interés que no tiene, y sobre todo, a saber qué expectativas tener.

Ahora. Cada persona es diferente, y se comunica de forma diferente, pero, a pesar de ello, sí puedes saber ahora mismo, con bastante claridad, qué tanta importancia tienes.

¿En qué debes fijarte, porque no falla? En esto.

1.

Una persona a la que sí le interesas, y con planes, sueños, y objetivos, como cualquier otra, querrá hablarte de ellos, querrá compartirlos contigo, e inclusive quizás quiera involucrarte.

Es fácil. Nos gusta hablar de lo que nos importa, con la gente que nos importa, y no con quien no trasciende para nosotros.

Entonces. Si esa persona no te habla entusiasmada, no te involucra, no te cuenta de lo que importa o de cualquier cosa que ambicione, quizás, sólo quiere pasar el rato.

Quizás, por eso, sólo está invirtiendo superficialmente lo menos posible.

2.

Una persona a la que sí le interesas, te involucra, no sólo con lo que importa, sino también con las personas que le importan.

No significa que esa persona deba ir corriendo a presentarte con todo mundo, no. A veces sólo basta ver su disposición para hacerlo.

Si a esa persona sí le interesas, estará muy abierta a involucrarte cuando se dé, con amigos y familia, y demás personas importantes.

En cambio, una persona a la que no le interesas, quizás prefiera aislarte, verte muy aparte de sus personas importantes, o mantenerte en secreto.

Es muy evidente, cuando una persona, con gusto y satisfacción, desea presentarte como alguien importante a sus personas importantes, y también, es muy claro cuando evita hacerlo.

Piensa en tus mejores amigos. Un buen amigo es alguien a quien te da mucho gusto involucrar en tus círculos más cercanos.

En cambio, a un conocido, sin tanta relevancia, pues, no. No tiene relevancia.

3.

Alguien a quien sí le interesas, te abrirá puertas que a los demás no. Te dejará verle de forma más sincera, y auténtica, y transparente.

Si la única forma en la que esa persona se relaciona contigo, es muy, muy superficial, y siempre con intereses superficiales, o sólo sexo, entonces, quizás, eso sea lo único que le interesa de ti.

A ver, sí. No todas las personas son tan abiertas y tan expresivas, de acuerdo, pero, claro que puedes notar cuando alguien te invita a pasar más dentro que a los demás.

Cuando te relacionas con alguien a quien sí le importas, para quien sí tienes relevancia y trascendencia, puedes ver y descubrir a esa persona en facetas más íntimas, y personales.

Sabrás un poco más de su historia, de sus motivos, de sus puntos fuertes y débiles, de su trayectoria.

Inclusive, te dejará verla, o deseará que estés junto a ella, en sus no mejores momentos, o en sus momentos más frágiles.

4.

Tú sabes cuándo eres, o no, prioridad.

No significa que esa persona deba dedicarte todo su tiempo, para nada significa eso.

Creo que una persona íntegra, equilibrada, tiene prioridades bien definidas: Proyectos, deporte, familia, compromisos, él mismo es prioridad.

Pero, también es verdad que tú puedes notar cuando no eres una de sus prioridades, cuando estás por ahí del lugar 20, al final, del final, del final.

Entonces, puede que esa persona no quiera darte prioridad, o, que sí quiera, pero no pueda. Y para efectos finales, es casi lo mismo.

Tú debes saber, conscientemente, si una situación, te satisfará, o no, a largo plazo.

5.

Cuando una persona nos importa de forma real, entonces nos importa lo que a esa persona le importa.

Quiero decir: Cuando alguien es importante para nosotros, no sólo nos importa el placer y la diversión, también nos importa su bienestar, su felicidad, su tranquilidad.

Una persona a la que sí le interesas, no sólo tratará de pasársela bien juntos, también querrá ofrecerte lo mejor que tiene, que son ideas, energía, consejos, experiencia.

A una persona, emocionalmente bien, a la que sí le importas, le importas tú, y tu éxito, y tu desarrollo, y tu salud física y emocional.

Creo que con esto, y viéndolo de forma objetiva, aunque duela, puedes tener una idea muy clara de qué tan relevante eres para esa persona.

Si la situación que ves, no te satisface, tranquilo, despierta, también debes ver el otro lado.

Puede que a una persona si le importes, y demuestre que le importas, pero que desee ir más despacio de lo que tú vas.

Puede que esa persona sí sea trasparente, y auténtica, pero que no esté buscando un compromiso pronto.

Es válido. De hecho, las mejores relaciones inician sin expectativas, sin necesidad ni prisa por llenar un vacío.

Esto quizás no te va a gustar, pero, muchas veces, el problema no es de quienes no desean un compromiso, sino de quienes creen que lo necesitan y lo desean con ansias.

Si alguien es súper enamoradizo, y se entrega rapidísimo emocionalmente, con prisa para formar un compromiso, esto más bien habla de una fuerte necesidad de afecto.

Y, lamentablemente para esa persona, en vez de provocar que reciba afecto, espanta, las personas huyen, y la necesidad de afecto se vuelve mayor.

El círculo vicioso se realimenta solo, dejando a esa persona cada vez peor, más sola, más desesperada, más frustrada, con menos esperanzas.

Porque aunque suene lo más cruel del planeta, siempre veremos por nosotros mismos… ¿A quién deseamos? A quien está bien. ¿A quién evitamos? A quien está mal.

Esto es triste, porque hay grandes personas, maravillosas personas, buenas personas, que merecen estar bien, pero estarán mal si siguen jugando mal sus cartas.

Es por eso que tu bienestar, tu placer, tu valía, debe ser una búsqueda personal. Algo que trabajas y construyes tú mismo, para ti mismo.

Claro que si no tienes las pelotas ni la convicción para tomar la decisión de trabajar en ti, la vida te lo va a cobrar.

En esto de las relaciones, el tomarte las cosas más ligeras, es favorable, porque, de hecho, esa no necesidad, habla de un bienestar emocional y un estatus personal mucho más sólido.

Y, justamente, es cuando tú experimentas ese equilibrio y bienestar emocional, cuando tus relaciones no serán frágiles, cuando tus relaciones serán mucho mejores.

Porque estás completo, porque no buscas quién te rescate, quién le dé un sentido a tu vida, quién llene un vacío, o quién te haga feliz.

Porque no hay nada de qué rescatarte, porque no llevas una vida sin sentido, porque no hay ningún vacío que llenar, y porque no eres infeliz.

Hay que entender que para que una persona juegue contigo o con tus sentimientos, necesita tener ese poder, necesita que tú seas frágil, y dependiente.

De lo contrario, nadie puede jugar contigo, porque la persona que decepciona, o que resulta menos valiosa y menos auténtica de lo que esperabas, pues, adiós, y tu vida seguirá tan genial, y tan completa como siempre.

Cuando tenemos miedo, pánico, o temor al daño emocional que alguien puede hacernos, realmente significa que nos sabemos y nos sentimos frágiles.

¿Te ves a ti mismo teniendo temor a cada persona que conoces? No. Qué triste, qué angustiante. Entonces, otra vez, la clave no está en los demás, está en ti.

Si tú estás bien, por ti, y para ti, si estás pleno, si tu vida sí tiene sentido, si ya eres feliz y completo, nadie podrá jugar contigo, pero esa es tu tarea, es tu responsabilidad.

Ten pelotas, ten convicción, hazte responsable, y verás que el temor a que alguien juegue contigo, desaparece. ¡Arre!

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