El Poder Destructivo De La Mente – Top 5 Hábitos Mentales Más Peligrosos (Real)

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Haz llegado tan lejos como tu mente te ha permitido, llegarás tan lejos como tu mente te lo permita y serás tan feliz o infeliz como inteligente seas capaz de pensar.

La vida es increíble, placentera, gratificante, divertida y apasionante… o es una mierda, depende de cómo pienses.

A lo largo de tu vida enfrentarás situaciones y experiencias más o menos complicadas, desde algo simple que sólo da un poco de miedo como el temor a ser rechazado por la persona que te gusta, hasta algo que podría dar grandísimo terror, como el temor a las grandes pérdidas.

Sin importar de qué se trate, tienes el poder para superar y resolver situaciones, o empeorarlo todo, hundirte y obstaculizar sin darte cuenta cada etapa en tu vida. Dije sin darte cuenta, sí. Te sorprenderías si fueras consciente de todo lo que ocurre y da por hecho una mente destructiva sin siquiera darte cuenta.

Todo lo que ocurre aquí [mente], por hábito, sin ser consciente, es capaz de sacarte siempre adelante, o hundirte en vida en la peor de las pesadillas. Suena a relato ficticio de terror pero para ti no es ficticio, pero ti puede ser real. Tu mente es capaz de llevarte a experimentar en vida la peor de las pesadillas.

Lo peor es que cuando esto pasa, cuando estás creándote tus propias pesadillas, tú eres el último en darse cuenta. Te inventas tu propia realidad, te crees la realidad que inventas, y a la larga, te llevas a experimentarla de verdad.

Lo que podría ser simple paranoia, si no lo solucionas, se hará realidad. Lo que podría ser un simple y diminuto miedo fácil de comprender, eliminar y olvidar, si lo dejas, crecerá, tomará fuerza y se convertirá en un problema real.

Quizás, no ibas a fallar, pero como tienes miedo a fallar, fallas. Quizás, esa persona sí te quiere, pero como el miedo a que deje de quererte reemplaza lo mejor de ti, entonces deja de quererte. Quizás, eres capaz, pero como tienes miedo a ser incapaz, te vuelves incapaz.

Tu mente va a tener gran poder, pero si quieres que ese gran poder sea a tu favor, debes educarla, debes ser dueño de tu mente y no esclavo de ella. Dueño como cuando entiendes lo que pasa aquí [mente], y esclavo, como cuando tu mente procesa, concluye y ordena sin que tú te des cuenta.

Aquí tienes la lista de hábitos mentales que debes aprender a evitar:

1. Atacarte, criticarte y juzgarte, sin comprenderte.

¿Cuándo pasa esto? Cuando crees que a base de reprimirte y atacarte a ti mismo en vez de comprenderte, vas cambiar lo que sientes.

Como cuando crees que puedes cambiar el mal humor por buen humor, la tristeza por felicidad, o el miedo por valentía, así, de la nada. Como cuando te avergüenzas por estar triste, por sentir miedo o por haberte enamorado.

¿De qué te sirve a ti convertirte en tu verdugo, en tu peor enemigo? De nada. Entonces no necesitas atacarte, reprimirte o imponerte un sentimiento correcto, necesitas antes comprenderte.

La tristeza no se soluciona reprimiéndote o decepcionándote de ti, se soluciona fortaleciéndote, ganando experiencia y aceptando con desapego que la vida misma incluye algunas etapas tristes.

El sentir miedo, no se soluciona pretendiendo que no existe o acusándote de cobarde, se soluciona entendiendo que se trata de una respuesta natural de tu mente al riesgo. Si redujeras el riesgo, reducirías el miedo.

El sufrir por amor, no se soluciona volviéndote frío y teniendo corazón de piedra, se soluciona trabajando en que tu sensación de plenitud y felicidad dependa de ti, y no de un príncipe o princesa azul que venga a rescatarte y hacerte feliz.

2. No cerrar ciclos, no aceptar los cambios ni las pérdidas, ni estar dispuesto a iniciar nuevas etapas.

La vida misma incluye cambios, pérdidas, etapas malas, buenas, y mejores, ciclos que terminan y nuevas ciclos que inician.

Cuando te enganchas al pasado y no aceptas los cambios, no sólo dificultas la transición a lo que por supuesto podría convertirse en una mejor etapa, sino que además, idealizas el pasado y a las personas en el pasado y las conviertes en ideales, que al ser ideales, es imposible superarlos.

Si te sientes roto porque terminaste con tu ex y empiezas a idealizarle, y te convences de que nunca encontrarás a una persona como ella, de que a su lado lo tenías todo, que eras la persona más feliz sobre la faz de la tierra y que jamás volverás a sentirte así, pues qué crees, te lo harás realidad.

No porque todo eso que piensas sea verdad, sino porque en tu mente será verdad. Estás creando un ideal, algo irreal, y nada real puede competir contra un ideal.

Conocerás a mejores personas pero como ahora vives bajo la ilusión de que aquella persona era más que perfecta, no podrás darte cuenta ni valorar a tiempo cuando mejores personas estén delante de ti.

Mejores etapas pasarán frente a ti, pero como ahora vives bajo la ilusión de que aquella etapa era perfecta e insuperable, pues no podrás vivir, disfrutar y aprovechar las nuevas mejores etapas que vendrán.

¿Quieres superarte cada vez más? Entonces debes aprender a terminar e iniciar ciclos nuevos, debes abrirte a nuevas etapas, a nuevas personas y nuevas experiencias, y entonces vas a comprobar que sí, eran distintas, pero podían ser mejores.

Quédate con los mejores recuerdos y experiencias del pasado pero acepta los cambios, y continúa, porque la vida no se detiene, la vida sigue, y sucede aquí y ahora. Hoy es otra oportunidad, hoy puede ser mejor que ayer pero necesitas aceptar los cambios.

3. Vivir con la falsa creencia de que la felicidad vendrá después, cuando logres algo o cuando algo importante pase.

Creer que cuando termines tu carrera, ahora sí podrás iniciar una etapa feliz y próspera en tu vida. Creer que cuando esa persona por fin se fije en ti, entonces podrás tener una vida feliz. Creer que cuando tengas dinero, cuando bajes de peso, o cuando vivas en otro lugar entonces podrás ser feliz.

Todo esto son crueles mentiras que para lo único para lo que funcionan, es para hacerte creer que el tiempo y factores externos, y no tú, son responsables de hacerte feliz.

Si hoy te percibes débil, incompleto, ansioso, triste, o esclavo de tus malos hábitos, pues, aunque algo externo cambie y con el tiempo sea diferente, tú seguirás siendo el mismo. Y si no cambias tú, nada externo va a cambiar, o aunque cambie, tú lo volverás a convertir en lo mismo de siempre.

Si tu tristeza, tu depresión, tus miedos, tus malos hábitos, nacen de ti porque no cambias aquello que los provoca, te acompañarán a donde sea que estés volviendo grises hasta los mejores días.

¿Te has planteado que siempre has sido tú quien crea la misma realidad estés donde estés? Así es, pero lo bueno de que el problema seas tú es que la solución también está en ti, dentro de ti. Todo lo que necesitas para ser y sentirte feliz, viene de los cambios internos y no de los externos.

No te pospongas a ti mismo hasta que algo pase. Trabaja para crecer y avanzar más, claro, pero encuentra el camino o la forma de andar el camino que por sí mismo te haga feliz.

4. Enfocar tu energía sin darte cuenta, en todo menos en la solución efectiva de algo.

¿Dónde no está la solución? En frustrarte, en quejarte, en compadecerte, en culpar a otros, en evadirte, en no hacerte responsable. En dejar que una mala situación se instale dentro de ti y se apodere de ti secuestrándote por dentro.

En permitir que las emociones negativas que aparecen cuando algo malo sucede, se vuelvan destructivas, y peor aún, dirigirlas hacia ti y hacia la gente que te rodea empeorando las cosas, porque explotar de furia, o renunciar, o mandarlo todo a la mierda, podría ser liberador y hasta placentero durante algunos segundos, pero no es útil, sólo hace peor cualquier situación.

No apagarás por arte de magia un mal sentimiento, es verdad, pero puedes concentrar toda tu energía y dirigir todos tus recursos a superar esa situación, y eso sí es útil, además te hace crecer, te da experiencia y sí sirve a un propósito.

Inteligencia, dedicación, voluntad, disciplina, comprensión, estrategia, todos ellos son recursos que tienes… ¿Por qué habrías de desperdiciarlos?

5. No ser consciente de lo que hace tu mente, y de cómo tu mente es capaz formar el hábito de empeorar y magnificar los temores, las malas situaciones y las emociones negativas.

Imagina que a un pequeño niño espantado porque le tiene miedo a la oscuridad, le pones a ver películas de terror. Bueno pues eso es lo que te haces a ti mismo. Eres tú quien se encarga de tomar un temor pequeño y comprensible, y alimentarlo y magnificarlo y hacerlo más grande que tú.

Tus razones para temer a algo o para sentirte mal por algo, puede que sean reales, pero que tú tengas la mala costumbre de escarbar en lo más oscuro y malévolo de tu mente hasta arruinarte por dentro, eso no era real hasta que tú lo hiciste real para ti.

¿Piensas que si esa persona que te gusta, te rechazara, tu mundo se caería? No, no es así, pero tú te lo contaste así.

¿Te torturas de celos al pensar que la persona con la que estás, pueda remplazarte por otra y eso dejarte en los suelos? Pues sí, sí podría remplazarte, y mucho más fácil todavía si tú mismo te sientes y te haces ver tan frágil. ¿Y sabes por qué eres frágil? Porque tu mente trabaja para hundirte y no para levantarte.

Cualquier cosa a la que tengas aversión o a la que le temas al grado de sentirte pequeño, tú la creaste, tú la alimentaste, tú te hiciste a ti mismo tan frágil, tan miserable y tan indefenso frente a ella.

Cuando detectes esto, cuando detectes el mal hábito de alimentar tú tus miedos, y cuando por fin dejes de alimentarlos, verás que superarlos era mucho más fácil de lo que tú creías.

Siempre si alguna vez te sientes hundido, superado, sin opciones, es tu mente quien lo hizo. Date cuenta, en serio, es tu mente quien construye tu realidad, es tu mente quien te hace más vulnerable e indefenso.

Porque sí, problemas y emociones negativas podemos experimentar todos, pero es tu mente quien te destruye o te construye por dentro, es tu mente quien administra y hace que dirijas bien o mal tus recursos.

Tu mente no tiene que ser la voz de un demonio capaz de destruirte por dentro. Tu mente puede ser la voz de tu inteligencia interior haciéndote capaz de superar lo que sea. Y lo que acostumbres a tu mente a hacer, es tu elección.

Si tus recursos, tu mente, tu energía, tu inteligencia, tu disciplina, tu voluntad, tu creatividad, tu ingenio, tu imaginación, estuviesen todos bien aprovechados… ¿No crees que más bien te sentirías increíblemente poderoso a pesar de atravesar adversidades y dificultades? Piénsalo. ¡Arre!

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