No puedes cambiar absolutamente nada de lo que ya pasó, no está en tus manos, y eso, así va a quedarse, pero siempre puedes cambiar lo que pasará.
¿Preferirías que fuera al revés? ¿Preferirías poder cambiar tu pasado pero no tener ningún control sobre lo que pasará después?
¿Qué propósito tendría levantarte cada mañana si no pudieras hacer nada para dirigir tu propia vida? La buena noticia es que sí puedes.
No tienes control sobre muchos de los eventos que ocurrirán, pero tienes absoluto control sobre la dirección que tomará tu vida. Tienes control sobre el lugar en donde estarás en algunas semanas o en un par de años.
De ti depende saber cómo se sentía cumplir tus propósitos, o que se queden guardando polvo en la lista de espera.
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Seguro que la clave de alcanzarlos o no, depende de muchos factores, pero tres de ellos son incuestionables:
Deja de aferrarte al recuerdo de las malas experiencias.
Deja de aferrarte a la presencia de las personas que apagan tus ambiciones.
Deja de mentirte a ti mismo creyendo que necesitas esperar para estar listo.
Tendrás que elegir. No lo dudes.
Deja de aferrarte a mantener vivo el recuerdo y el miedo de las malas experiencias pasadas.
Deja ir lo que haya que dejar ir, así sea necesario empezar a olvidar o perdonar. Incluso perdonarte a ti, por los errores que seguro cometiste y las consecuencias que provocaste, como cualquier persona.
Deja de cargar esa mochila llena de piedras y basura que por alguna razón aún conservas del pasado.
Las experiencias más terribles y difíciles, sacaron lo mejor de ti. Te obligaron a descubrir la fortaleza que tenías, te forzaron a aprender, te hicieron más capaz, te dieron experiencia. Y si no lo hicieron, qué te parece que lo hagan ahora.
No podrás escribir ni una sola letra de la siguiente página en tu historia si no sueltas el pasado, ya.
Será triste si no lo haces, porque hay una gran colección de experiencias maravillosas ahí, que mereces vivir y poder sentir, pero dejarás que se escapen y marchiten, sino despiertas ahora.
Deja de aferrarte a las personas que no se aferraron a ti de la misma forma, o peor aún, a las apagaron poco a poco tu ambición y tu sonrisa.
Olvídate de considerar especiales a las personas que se olvidaron de que tú también lo eras. No las odies, no estoy diciendo eso, sólo date el regalo de vivir tu vida sin cargar ese lastre.
Hay personas que ya cumplieron su función en tu vida, así esa función haya sido aprender que no todas las personas conviven bien con tus metas. Déjalas ir. Deja ir a las personas que te harían renunciar a todo, por nada.
También, deja de pensar que porque alguna vez te topaste con personas miserables, todas las demás también lo son. No es así. Nuevas personas excepcionales e increíbles en tu vida, habrá. No tengas duda de eso, pero las verás cuando estés listo para verlas, cuando puedas mirar más lejos de lo que miras ahora.
Deja de esperar.
Deja de mentirte a ti mismo creyendo que lo que esperas es el momento en que estés listo. No. El momento es ahora.
Enfrenta lo que debas enfrentar y sólo así es como un día estarás listo de verdad. Todo lo que deseas, está siempre detrás de algunas paredes, y tendrás que derribar las que sean necesarias.
¿Qué tiene de malo si caes algunas veces, o si no rompes esa pared al primer golpe? ¿Quién lo ha hecho? Di un solo nombre de alguien que lo haya conseguido a la primera.
Caer algunas veces, lo he dicho antes, no es algo a lo que temer. Es favorable para encontrar las piedras con las que jamás en tu vida volverás a tropezar. Y está bien sentir alguna vez que tu fuerza ya se agotó. No pasa nada, todos lo hemos sentido.
Nunca estás derrotado, si acaso, estás agotado. Normal estarlo después de haber avanzado tanto.
Tampoco lo dudes, pasarán momentos muy difíciles, vas a caerte y te sentirás herido algunas veces, y qué. Todas ellas serán razones para sentirte orgulloso cuando estés del otro lado.
¿Cuál sería el propósito de todo el esfuerzo que has puesto si al final renuncias?
Esperar no te dará absolutamente nada, sólo te arrebatará de las manos todo lo que vale la pena. Esperar no va a recompensarte, no te hará feliz ni hará nada por ti.
Nadie librará tus batallas, porque los demás, están librando las suyas. No mires hacia ningún otro lado, eres tú la única persona responsable de todo.
Para bien o mal, nadie más tuvo el poder de traerte a donde estás ahora, y para bien o mal, nadie más tendrá el poder de llevarte hacia donde estarás en el futuro. Es únicamente tu responsabilidad.
Esforzarte en ti y mantener esa lucha para alcanzar tu meta, no será fácil, especialmente si lo que deseas es grande, y eso, ya lo sabías.
Sólo estarás acercándote a lo que deseas si te armas de valor y te arriesgas por ello.
No hace falta posponer nada hasta el momento de estar listo, porque, es curioso pero, no se necesita estar listo, para estarlo.
A la cima de tu propio éxito no se llega esperando al momento de estar listo, se llega esquivando y destrozando las paredes y piedras que encontraras en el camino.
Olvídate de las banalidades estúpidas que tratan de imponer las personas estúpidas. Olvídate de posponer tus planes para cumplir las modas vacías de personas vacías. Olvídate de intentar ser parte de un montón de gente que no tiene ninguna idea de lo que verdaderamente tiene un significado. Olvídate de intentar encajar con gente ciega que no ve en los demás lo que son sino lo que tienen.
Las personas más valiosas, a veces están ahí, a tu lado, siendo olvidadas e ignoradas porque tratas de ser popular en qué ¿Facebook?
Los momentos más increíbles, con las personas que más te importan, son más sencillos, más honestos, y están más cerca de lo que crees. La sonrisa más pura y la felicidad más basta, a veces están en los detalles más pequeños y más sencillos que por alguna razón, empezaste a ignorar.
Entre más pronto entiendas todo lo que estoy diciendo, más pronto estarás radiante viviendo en la cima de tu propia vida.
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Hasta pronto, y recuerda que todo lo que haces te convierte en quien verdaderamente eres.
