Mucha gente cree que para ser irresistible, para ser atractivo, tiene que ser perfecto. Tienen que ser más guapos, más fuertes, más ricos. Pero te diré algo:
No es tu apariencia lo que te hace atractivo. No es tu físico o tu dinero. Son atractivos pero hay algo más fuerte.
Lo que realmente te hace atractivo jamás te ha pasado por la cabeza, y no pasaría, está fuera del radar. Lo que realmente te hace atractivo es no ser una amenaza.
Así es, lo que más atrae a las personas no es tu perfección; es la seguridad que sienten al estar contigo. Es la ligereza, la sensación de que estar cerca de ti no les va a costar nada desagradable después.
Si representas un riesgo, como que te rompan tu corazoncito… Si encarnas una amenaza, como que vas a ir a hablar de lo que hiciste con esa persona…
Si cosas estúpidas como estas… No importa cuánto trabajes en tu apariencia o en mejorar superficialmente. Al final, las personas se alejarán. Se alejarán porque el instinto humano es protegerse.
Si alguien siente que estar contigo va a traer problemas, conflictos, dramas o cargas innecesarias, entonces te verán como un peligro. Y cuando alguien te ve como un peligro, te evita. Es simple.
Así que, antes de pensar en cómo mejorar tu apariencia, pregúntate: ¿Estoy encendiendo algún foco rojo? ¿Estoy mostrando señales de que soy una carga, de que soy problemático, de que estar conmigo va a generar más complicaciones que alegrías?
Porque, súper frecuentemente, el problema no es que no seas lo suficientemente atractivo; el problema es que enciendes demasiadas alarmas.
¿Te digo algo que te va a parecer absurdo, increíble?
Hasta pasarte de ciertas cualidades puede empezar a ser un problema. ¿Alguna vez le huiste o no le hablaste a una persona porque te imponía? ¿sentiste que te rechazaría y te dio miedo? o sea… ¿un riesgo?
Bueno te puedo dar mil ejemplos. Si los quieres todos, descarga en mi página mis 3 libros.
Quizás estás avanzando demasiado rápido. Quizás estás demandando demasiado de la otra persona antes de tiempo. Quizás pareces demasiado necesitado, demasiado apegado, demasiado dependiente.
O tal vez no sabes mantener las cosas… Fluyendo. Todo esto son focos rojos. Y, créeme, no importa cuánto te esfuerces en otros aspectos. Si encarnas una amenaza emocional, las personas se van a alejar.
Quiero que pienses en lo siguiente: ¿Por qué alguien querría estar contigo si ya siente que más adelante tendrá que deshacerse de ti?
Puede que esa persona piense: “Sí, sería agradable, sí, me gusta, sí, pero luego podría ser complicado, mejor no”.
¿Sabes cuántos intentos de romance fallan en esto? 8 de 10.
Si tus acciones, tus palabras o tus comportamientos hacen que la otra persona se sienta atrapada, o que piense que estar contigo es un peso, entonces el resultado es obvio. No quieren riesgo. Quieren… Li-ge-re-za.
¡Es tan fácil!
Ser… Li-ge-ro.
Pero dado que en la práctica, hombres y mujeres fallan en esto terrible. Entonces yo creo que es muy difícil. ¿No?
Ser atractivo no es solo cuestión de apariencia, de poder, de dinero, de salir mucho, de estar buscando. Es cuestión de ser una persona absolutamente cero complicada.
Es ser alguien que no agrega cargas, que no representa amenazas, que no impone presiones innecesarias.
¿Y cómo se hace eso? Aprendiendo a ser ligero, aprendiendo a no asfixiar a la otra persona con tus expectativas, con tus miedos, con tus inseguridades.
Cero apego, cero dependencia, cero ego, cero expectativas de futuro… Y tu éxito en las relaciones sería multiplicado por veinte.
Sé que algo de esto suena súper contraintuitivo… Lee mis libros.
Cuando alguien siente que estar contigo es “no complicado”, que estar contigo no los pone en una situación difícil o comprometida, te vuelves atractivo de una manera que va más allá del físico o lo material.
Te vuelves alguien con quien quieren estar, porque pueden seguir avanzando, porque no representas un riesgo.
Y esa, amigo, amiga, es una clave todavía más importante para ser más atractivo.