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“La persona correcta no hiere, no falla, no traiciona, no abandona, no decepciona, no es ingrata, no es egoísta.”
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¿Alguna vez le ofreciste a alguien lo mejor de ti, tus sentimientos, tus planes, tu tiempo, tu predilección?
¿Alguna vez amaste y creíste tanto en alguien que apostaste y luchaste por esa persona, que te visualizaste con ella construyendo un mejor futuro, juntos?
Y si sí, que yo imagino que sí, ¿alguna vez esa persona tan importante para ti, te falló, te traicionó, dejó de quererte, de apreciarte, de valorarte, de corresponderte?
Si sí, que otra vez imagino que sí, ¿hubo tal dolor, decepción, frustración, impotencia y tristeza que sentiste que todo se derrumbaba?
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Seguro que fue difícil, pero, ¿sabes qué es era peor?, que hasta antes de que te lastimaran, tú estabas dispuesto a dar mucho más, tanto como estuviera en tus manos.
Le habrías dedicado a esa persona el doble de ti si lo hubiera pedido, le habrías confiado hasta lo más preciado con los ojos cerrados, le habrías invertido todo de ti porque tú creías y apostabas por él o por ella.
Si hubiera sido por ti, habrías dado todo hasta quedarte sin nada, y ni siquiera te habría importado.
¿Qué significa?, que tú habrías seguido equivocado, dándolo todo, y la decepción que hoy duele, dolería entonces mucho, pero muchísimo peor.
¿Te imaginas la decepción, frustración, desilusión, las que sientes ahora pero mucho peor?, ¿te imaginas cuánto habría sido el tiempo valioso desperdiciado de seguir apostando por esa persona?
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Si tienes el corazón roto por alguien, duele, y dolerá algunos días, semanas, quizás unos meses, pero hoy, hoy ya no estás apostándolo todo en la persona incorrecta.
¿Qué cómo sé que esa era la persona incorrecta?, es bien fácil.
La persona correcta no hiere, no falla, no traiciona, no abandona, no decepciona, no es ingrata, no es egoísta.
Tú nunca estarías pasando por lo que estás pasando ahora, por la persona correcta, y en cambio, lo estás.
No es que sea pesimista, que no lo soy, o que no crea que hay personas íntegras maravillosas, que estoy seguro de que las hay, pero, también sé, la persona que falla hoy, iba a fallarte más adelante.
La persona que traiciona, que es ingrata, desleal, egoísta, hoy, ¿por qué ingenua inocente razón crees que no iba a serlo más adelante?
La verdad, sólo era cuestión de tiempo. Era seguro que sucedería sólo que no sabías cuándo, y ahora, ya sucedió. A esa persona se le cayó la máscara, y a ti pronto se te caerá la venda.
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Todo esto probablemente no lo vas a entender pronto, pero cuando lo entiendas, y siempre y cuando no cometas una serie de errores estúpidos que te lleven a ver tu autoestima embarrada en la suela de los zapatos de esa persona, siempre y cuando no pase eso, tú vas a estar muchísimo mejor, pronto.
Es más, no sólo muchísimo mejor, sino renovado, feliz, agradecido de que haya pasado lo que pasó y de que hayas tenido que llegar hasta aquí.
¿Quieres saber por qué?, porque cuando se va de tu vida quien no sabía de amor, de honestidad, de lealtad, de hacer un equipo, ganas; porque cuando se va de tu vida quien no sabía corresponder, apreciar, valorar, ganas.
Porque entre más fugaces sean las estadías de esa clase de personas en tu vida, mejor; porque entre más rápido lleguen, revelen quiénes son, muestren su verdadera cara o tú les descubras, y se vayan, mejor.
Entre más pronto comprendas tú esto, superes tu proceso de negación, lo aceptes, te adaptes a la nueva realidad, y canalices tu dolor en aprendizaje, mejor.
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Sí, puede que ahora mismo lo que sientes esté del carajo, y ni modo, así es, pero créeme que será tan temporal-pasajero como tú decidas.
Claro que vas a estar triste, y tú puedes pensar que es mucho, que estás muriendo por dentro, pero no lo estás, esto es un juego de niños comparado con lo que ibas a sentir más adelante si seguías creyendo que esa persona era, quien no es, e iba contigo, a donde no va.
Asúmelo, vas a pagar un poco de dolor ahora, sí, pero no será en vano, vas a evitar muchísimo dolor y sufrimiento más adelante.
Hoy no lo ves, pero estás evitando perder, irrecuperable, valiosísimo tiempo, en quien ya sabes y comprobaste que no lo merece, ganándolo para ti y quizás para quien sí lo merezca.
Si tú eras quien daba más, quien amaba más, quien se ilusionó más, quien creía y apostaba más por el otro, y creo que lo eras, ese mal equipo, ese mal proyecto, ese intercambio injusto, ya se acabó.
Las malas noticias son para esa persona, las buenas son para ti, porque cuando no eres tú quien falla, no pierdes a nadie, más bien, te pierden a ti.
Si te pones las pilas, rápido, y no desperdicias ni un solo día más por él o por ella, esa persona va a darse cuenta, se va a arrepentir, y querrá volver, por eso recupérate pronto, para que no vuelvas a ser susceptible de aceptar sobras, migajas, malos tratos, malos amores e intercambios injustos.
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Por último, piensa… Tú invertías más amor, energía, tiempo, ilusión, dedicación… ¿cierto?, ¿y sabes qué tienes súper a tu favor?, que ahora, todos esos útiles y maravillosos recursos, te sobran.
¡Qué casualidad más chingona!, tú y yo sabemos de alguien a quien le vendrían muy bien ahora, que los merece y los necesita con más urgencia que nadie… ¡A que ya te haces una idea de a quién!
A ti te sobraban para dar, y a ti te hacen falta, ¿qué mejor contundente cambio en tu vida que dejar de desperdiciarlos en él, o en ella, o en eso, y empezar a invertirlos en ti?
Repito, quizás no puedas ni quieras entender esto hoy, y detestes cada palabra que digo, pero qué bueno cuando la persona incorrecta te rompe el corazón en cachitos.
Puede que te sientas en el peor momento de tu vida, cuando, en realidad, estás a la puerta de la etapa más constructiva y con más amor en tu vida.
Yo definitivamente creo que a veces, en los errores, en las etapas y en las pruebas más duras, está el aprendizaje, el coraje y el combustible que necesitamos para despegar.
¿A poco no te vendrían muy bien una oleada de cambios, acciones y decisiones inteligentes?, ¿y por qué no, que la primera de esa serie de cambios, acciones y decisiones inteligentes, sea empezar a avanzar solo por ti, y nunca más volver a detenerte por nadie?
¡Por cierto, qué curioso!, esa también es una forma de detectar a la persona correcta, porque la persona correcta, nunca te pone el pie, ni te detiene, ni jamás te lastimaría así o te dejaría cargar solo.
La persona correcta, avanza contigo. ¡Arre!
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