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Si no hubieses comido en días, si estuvieses hambriento mirando un platillo a través de un cristal, si fuese el único y además no pudieras acceder a él, ¿no crees que sus formas, sus colores, su apariencia te parecerían perfectos?
¿No lo idealizarías, no imaginarías que su sabor es fantástico, no creerías que es lo más delicioso que existe, que serías feliz si tan solo pudieras probarlo?
Si murieras de hambre, si lo único que pudieras hacer fuese verlo, imaginar y fantasear con él, claro que sí, para ti, su apariencia lo sería todo.
Si en cambio, ya hubieses comido, si no existiera un cristal, si estuvieses ahí delante, y pudieras tomar el que sea de entre ese y otros veinte platillos, ¿crees que tu cerebro funcionaría igual y tú seguirías pensando lo mismo que antes?
Absolutamente, no, claro que no. Si no murieras de hambre, si tuvieras opciones, y pusieses probar y elegir cualquiera, entonces, también valorarías, su sabor, su aroma, su textura, su consistencia, su temperatura, su frescura.
Claro que sí, sí te importaría su apariencia, sólo que no estarías cegado creyendo que lo es todo, no fantasearías con una construcción irreal en tu mente, no ignorarías tontamente si te aporta valor o no, si vale la pena o no.
Ese hechizo, está mal, no te hace bien, de verdad es irreal, pero, es normal.
Idealizamos, maximizamos, magnificamos aquello que deseamos y que no tenemos, de lo que nos sentimos lejos, con lo que creemos que sólo podemos soñar. Lo volvemos perfecto en nuestra cabeza y partimos de ahí, de auto-engaños.´
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Lo mismo pasa si hablamos de atracción, y belleza, y hombres y mujeres, y caritas bonitas y cuerpos atléticos.
Si tú no te sientes tan atractivo, quizás porque no inviertes tiempo y esfuerzo en ti suficientes… Si no sientes posibilidad de relacionarte con personas así, quizás porque no salgas de tu zona de confort, porque no te arriesgues, porque no te abras a nuevas personas, porque no desarrolles habilidades sociales… Si te ves lejos, de tener un buen físico o estar con personas físicamente atractivas, claro que lo vas a idealizar.
Vas a pensar que lo es todo, que nada más importa, que tiene todo el poder, que todo depende de ello, que si tú lo tuvieras lo tendrías todo, que si tú salieras con una persona bellísima, ultra sexy, tú serías feliz, ambos serían felices, ahora sí, estarías completo.
¿Lo estarías?, no, pero es lo que te dice tu trance, hambriento, mirando el platillo.
Ahora, cuando tú, a personas muy atractivas les haces sentir así, les comunicas que piensas así, como si ellas fuesen de alguna forma distintas a ti, como si su atractivo estuviese a años luz del tuyo, ¿crees que eso te ayuda o te acerca a ellas?, no, yo diría que más bien te aleja.
Ellas, quizás, quizás, si tienen ego, y más entre más tengan, sí quieran sentirse en otras ligas, veinte pisos arriba que tú, pero no van a relacionarse contigo si te ven veinte pisos debajo de ellas.
De verdad, ¿te das cuenta de esto?, tú cavaste un agujero, o más bien, dejaste que tu mente lo hiciera, luego, tú caíste en ese agujero, te pusiste una trampa a ti.
Y, ¿se puede romper ese hechizo?, pues sí, si entiendes que el físico no-lo-es-todo. Sé escéptico, no me creas, ve y regresa después, pero, pensar que lo es, es un error, no es así, estás equivocado, no lo es.
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Para quien mira muriendo de hambre el platillo a través de un cristal, yo no estoy diciendo más que tonterías absurdas, pero, ¿crees que una persona que tiene opciones, que se sabe, ella misma, verdaderamente atractiva por múltiples razones, no podría valorar, además, algo más?
No sé, ¿su inteligencia, su personalidad, su experiencia, su actitud, su carisma, su calidad humana, su conversación, su voz, su sonrisa, su sencillez, su facilidad de palabra, es más, hasta su aroma, su pulcritud?
Claro, yo sé que el hambriento que mira a través del cristal no va a convencerse, pero, ¿qué perspectiva te parece más objetiva, realista, racional?, ¿la suya, que le da todo el valor a una sola cosa que ve hambriento a través de un cristal?, pues yo creo que no.
Lección: Ni en esto, ni en nada, dejes que el hambre, la necesidad, un mal ángulo, una mala perspectiva, la distancia, un cristal que divide, describan tu mundo y así, construyan tu realidad.
A todos estos, no les creas. Éstos sólo saben construir realidades ficticias que limitan, que aniquilan, que cierran las puertas, que roban los sueños, las ambiciones, lo importante.
Que te hacen que ni siquiera seas capaz de verte a ti y las personas más allá del físico, que te hacen perder de vista lo más extraordinario de las personas: Todo, integralmente.
¡Arre!
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